De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
La Plaça del Diamant es conocida como la novela más aburrida y letal jamás escrita en catalán. En ella podemos encontrar la vida más sumamente monótona jamás vista, en la que, durante veinte siete capítulos, se narran los mismos acontecimientos, con una densidad de vocabulario como para coger cáncer de retina. Su autora es Mercè Rodoreda y la obra jamás recibió ningún premio, puesto que, los jueces, al leer el índice, murieron todos de aburrimiento. Mercè fue denunciada por homicidio en masa y por asesinar a una pobre vaca con su libro. Lo único interesante es cuando coge el largo cuchillo y piensas que se va a suicidar. Desgraciadamente, tan solo acaba chillando como una posesa loca demostrando su estado demente, en el que la pirada de la autora se encontraba al redactar el cachondo libro.
La simbología de la novela se puede resumir en MIERDA, los personajes son símbolos de mierda, relacionados por balanzas de mierda, con unas vidas asquerosas que son incapaces de ser leídas (como intentar pasar un truño seco por un embudo(otro símbolo), en pocas palabras, el libro es un auténtico truño. También encontramos muchas lucecitas azules en las ciudades que pretenden ser pedos de pitufo provocados por los delirios de la protagonista tras tomar substancias.
Los personajes son todos una panda de gordos retrasados que no saben diferenciar un caracol de un triciclo, que para sentirse felices necesitan ácidos (como salfumán), mutilaciones perineales (como es el caso del dependiente, al que le va el sado y le vende salfumán a los niños) y el robo a viejas con la excusa de "dar de comer a los niños" (es el caso de la protagonista).
Hay muchos rumores sobre cómo pudo hacer semejante biblia negra sin morir en el intento, el más famoso cuenta que una noche se levantó a las 4 a.m. a hacer pis (cosa que tienen costumbre de hacer cada cinco minutos los autores de su edad), pero, en vez de ir al WC, se largó al estudio, donde, según su ex-marido (murió dos días después de la publicación del libro), empezó a sacar carne de cordero y a escribir cosas raras en el suelo, donde más tarde aparecieron los primeros escritos de la novela. Horas más tarde, se metió en la cama toda meada y dijo: "Cierra el grifo, Armando".
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